Muchos de los libros de
ciencias naturales de Chile y de Latinoamérica describen y hablan acerca de plantas
y animales que no son nativos, mencionando y enseñando por ejemplo acerca del
lobo, el canguro, la jirafa o los elefantes. Pero todos estos son ejemplos de
elementos naturales extranjeros, ajenos a la realidad de los países
latinoamericanos ¿Qué pasa con los ejemplos locales? A mediados de los años
ochenta Peter Feinsinger y varios
ecólogos norteamericanos y latinos empezaron a trabajar para tratar de revertir
esta situación, dar a conocer la
biodiversidad local y generar una estrategia para la enseñanza de la
ecología y otros aspectos de la historia
natural en las escuelas y colegios. Es así como las primeras actividades de
este grupo se desarrollaron en el Estado de Florida de Estados Unidos y en 1990
generaron un “Manual de plantas y bichos de los patios de las escuelas del
centro norte de Florida, EE.UU.” Luego,
ya en 1994 la idea original se fue transformando hasta convertirse en la
propuesta pedagógica-didáctica que se conoce hoy día: la EEPE (Enseñanza de la
Ecología en el Patio de la Escuela).
Pronto la idea de la
ecología en el patio de la escuela se contagió a otros amigos y colegas en
América Latina quienes buscaban desarrollar actividades apropiadas para cada
localidad y cada paisaje, en esta región tan diversa en culturas y naturaleza.
En Chile comenzó la práctica
de la EEPE alrededor del año 1996, luego que Peter Feinsinger dictó un taller
para profesores y científicos en la Isla de Chiloé. Desde esa fecha en adelante se han ido conformando equipos que
trabajan con la EEPE en lugares como La Serena y Coquimbo, Santiago, Valdivia,
Chiloé y Magallanes En la actualidad hay varias iniciativas EEPE en cada uno de
los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Chile, Ecuador, Guyana, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Pero
¿Qué es la Enseñanza de la Ecología en el Patio Escolar (EEPE)?
La EEPE es una propuesta pedagógica-didáctica, enfocada principalmente hacia la educación en ciencias naturales, en particular en ecología, pero cuyo alcance puede incluir las ciencias sociales y otras áreas temáticas del currículo escolar. La esencia pedagógica es el aprender haciendo y el aprender reflexionando, en donde
los profesores y los niños construyen preguntas sobre su entorno y las
responden a través de la acción propia (indagación de primera mano) y luego
discuten y reflexionan sobre los hallazgos.
La filosofía de la EEPE se
basa en el contacto y descubrimiento de la naturaleza como una estrategia a
largo plazo para la conservación y como la base fundamental de la educación
ecológica y ambiental. Pues son los niños y niñas, quienes tienen la
oportunidad de utilizar su curiosidad innata para conocer la biodiversidad a
través de la investigación. Ellos y ellas, basados en su curiosidad y en esa
capacidad de plantearse preguntas y responderlas, podrán (ahora y en el futuro)
tomar las mejores decisiones sobre cómo proteger, conservar y usar esa
biodiversidad. Por otra parte ganan la habilidad de reflexionar a toda escala
sobre las causas y las consecuencias de cada alternativa por lo que también
podrán tomar sus propias decisiones más allá de los temas ambientales y
volverse ciudadanos maduros expertos en el pensamiento crítico.
¿Por
qué el patio escolar? Es el ambiente más accesible a los niños y
niñas todos los días y les pertenece a ellos como a sus profesores. El patio de
la escuela, a veces muy grande a veces pequeñito, les brinda un verdadero laboratorio natural de
plantas, animales y otros seres vivos donde es posible observar toda clase de hábitats y procesos ecológicos, así como los efectos
del ser humano; refleja lo que puede ocurrir en ámbitos más amplios; y aprovechando
el patio los niños y niñas aprenden que la naturaleza existe en el entorno
propio y que somos parte de ella.
La EEPE utiliza el método
científico o metodología de
investigación denominada el Ciclo de Indagación que mediante tres pasos permite
hacer una investigación científica. Por lo tanto esta herramienta se puede
aplicar en:
- El proceso de
aprendizaje de todas las áreas curriculares, en particular en ciencias naturales,
medio ambiente, matemáticas y plástica (Figura 1a).
- La
implementación de proyectos educativos ambientales escolares y
comunitarios (Figura 1b).
- Actividades
recreativas y en senderos para escolares en áreas naturales y culturales
(Figura 1c).
Figura 1: Aplicación del
ciclo de indagación en a) una investigación sobre los invertebrados del patio
escolar. b) la implementación de un huerto escolar y c) realizando una excursión en un sendero.
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Texto: Wara Marcelo, Marcela Márquez y Lidia Mansur. Revisado y editado por Iralys Ventosa y Peter Feinsinger.
Los felicito en este cambio tan importante para la educación, ojala pudiera replicarse en regiones una red de ecoeducadores
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